Una cucharadita de sal hace la diferencia

Con el objetivo de concientizar sobre su uso excesivo e impacto en la salud, del 4 al 11 de marzo la OMS promueve la Semana Mundial de Sensibilización sobre el consumo de sal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año podrían evitarse 2,5 millones de muertes en el mundo, si el consumo de sal llegara al nivel recomendado: no más de 5 gramos por día, lo que equivale a una cucharadita de té.

“La reducción en el consumo de sal a menos de 5 gramos al día es la pauta recomendada por la cumbre de las Naciones Unidas y la OMS para evitar enfermedades”, señaló el Dr. Fernando Leite, especialista de Clínica Foianini.

¿Qué puede causar el excesivo uso de sal?

El alto consumo de sal se asocia a un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, cáncer gástrico, cálculos renales, obesidad y osteoporosis, entre otros.

“En los niños, el consumo excesivo de sal causa retención de líquidos, así como hipertensión arterial en pacientes con predisposición adquirida o hereditaria”, explicó por su parte el Dr. Claudio Oropeza, especialista en nefrología pediátrica de la Clínica Foianini.

En el continente americano, se estima que entre un 20% y 30% de los adultos padece hipertensión. De ese total, América Latina y el Caribe concentra las tasas más altas del planeta, agregó el Dr. Leite.

¿Cómo se puede prevenir?

El aumento en el uso de sal se observa en el consumo de productos ultra procesados y en su utilización para comidas elaboradas dentro y fuera del hogar.

En ese sentido, es importante indicar que cuando se utilizan productos ultra procesados, como salchichas, mortadelas, pan industrial, quesos, conservas de pescado, nuggets o pizzas, para la elaboración de comida casera, es difícil cuantificar el aporte de sal a las comidas, por lo que se la conoce como la “sal oculta”.

Por tanto, el Dr. Leite recomendó que se limite el consumo enjuagando alimentos enlatados o sustituyendo la sal por hierbas, especias u otros condimentos.

Asimismo, el Dr. Oropeza explicó que los bebés menores de 12 meses no deben ingerir sal debido a la inmadurez renal; mientras que los niños deben comer alimentos no procesados y con menos especias.

Es importante recalcar que, en sí misma, la sal es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo, por lo que prescindir de ella por completo no es una opción. Sin embargo, la ingesta de sal en nuestra alimentación diaria debe ser equilibrada.

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