¿Qué tipos de pruebas existen para detectar COVID-19?

En diferentes etapas de la pandemia se ha podido evidenciar que, al tratarse de un virus sin precedentes a nivel mundial, se genera mucha desinformación y la población no sabe cómo actuar ante determinadas situaciones.

Uno de los temas más recurrentes tiene que ver con las pruebas de detección de COVID-19. El Dr. Carlos Alberto Suárez, Especialista en Medicina Interna de la Clínica Foianini, orienta sobre los diferentes tipos de pruebas, sus principales características y cuándo realizarlas, entre otras recomendaciones.

“Es importante saber que existen dos tipos de pruebas COVID; las virales, que son aquellas donde se trata de detectar el virus, y las de anticuerpos, que buscan precisamente detectar esos anticuerpos contra el virus, lo que significa que una persona ya tuvo una infección pasada” dice el Dr. Suárez.

En ese sentido, el hisopado constituye en el presente la prueba más confiable para detectar el virus. Mediante la introducción de un hisopo desde la nariz hasta la garganta, se obtiene una muestra que luego es enviada a un laboratorio que detecta las partículas del virus a través de un método conocido como PCR.

También existe la prueba Elisa, por la cual, mediante un examen de sangre, se pueden detectar dos tipos de anticuerpos: IGM e IGG.

Por su parte, las pruebas rápidas son aquellas en las que se coloca una gotita de sangre en un casette, muy similar al de las pruebas de embarazo, y en aproximadamente 15 minutos se puede detectar si la persona tuvo o no anticuerpos. Lamentablemente, aclara el especialista, las pruebas rápidas no son muy precisas ya que con frecuencia suelen dar falsos negativos y falsos positivos y no sirven para detectar la infección aguda, porque la persona en ese momento todavía no ha desarrollado los anticuerpos.

“Si las personas presentan algún síntoma o tuvieron un contacto con alguien infectado, lo más probable es que en ese momento la prueba rápida salga negativa, porque recién puede detectar anticuerpos después de unos 10, 15 y hasta 20 días desde que la persona tuvo la infección. Es importante recalcar que estas pruebas no deben ser usadas como método diagnóstico de una infección en curso y tampoco deben ser usadas por empresas, porque sólo sirven para saber si alguien tuvo la infección en el pasado, no detecta una infección presente”, agregó el Dr. Suárez.

¿Cuándo uno debe realizarse una Prueba COVID-19?

El Dr. Suárez indica que una persona debe realizarse una prueba cuando presenta síntomas compatibles con el virus como fiebre, dolor de garganta, secreciones nasales y decaimiento, entre otros. Especialmente si existe falta de aire.

De acuerdo con el especialista, estos son los casos en los que una persona debe hacerse una prueba:

Si una persona presenta síntomas, y además tuvo contacto con personas que pudieron haber estado infectadas. En ese caso, es necesario que se realice una prueba PCR, o por lo menos una prueba de antígeno, ambos por hisopado nasofaríngeo.
Si una persona tuvo un contacto directo con otra persona infectada por un lapso mínimo de 15 minutos.
Si una persona compartió tiempo, o asistió a reuniones o eventos donde no se respetaron las medidas de bioseguridad.
En algunos casos, un resultado puede dar falso negativo a través de la prueba PCR si es que la persona se realiza la prueba en los primeros días de la enfermedad. Inicialmente, la concentración del virus estará en el aparato respiratorio superior (nariz y garganta), después de unos 5 o 6 días el virus se concentra más en el sistema respiratorio inferior (bronquios y pulmones). Además de este factor, el resultado de una prueba puede ser erróneo si es que el hisopado no fue realizado correctamente, el hisopo no era el adecuado o la muestra fue mal procesada.

También es muy importante contar los días con exactitud, ya que, al cuarto día, todavía no se tiene la producción de anticuerpos que puedan ser captados ni por una prueba Elisa ni por una prueba rápida. La detección de anticuerpos se hace tardíamente, y hay personas que comienzan a producir anticuerpos a los 8 o 10 días, mientras que hay otras que recién los producen entre los 15 y 20 días. Y, finalmente, hay otras que prácticamente no producen anticuerpos.

“Con respecto al periodo de incubación del virus, puede variar de persona a persona entre los 2 hasta los 14 días, por eso es importante el aislamiento por 14 días. Si una persona se realiza una prueba PCR y sale negativo, hasta ese momento no tiene el virus, pero puede estar incubándolo sin saberlo e ir infectando a más personas”, agregó el especialista.

Pruebas de detección para COVID-19

Existen dos tipos de pruebas: las pruebas de diagnóstico (RT-PCR y antígeno) y las pruebas de anticuerpos.

  • Pruebas de diagnóstico
    • Prueba de RT-PCR, también conocida como prueba viral, molecular, amplificación del ácido nucleico (NAAT), o LAMP. La muestra se toma a través de hisopado nasofaríngeo (primero la parte posterior de la garganta y luego la parte posterior de ambas fosas nasales). Una alternativa es la muestra de saliva matinal que ha demostrado tener el mismo rédito diagnóstico. El test identifica la presencia de material viral y el resultado puede demorar entre 24 y 48 horas. Esta prueba no muestra si alguna vez estuvo con COVID-19.
    • Prueba de antígeno, la mayoría de las pruebas se realizan a través de hisopado nasal o nasofaríngeo y diagnostica una infección activa de coronavirus. El resultado se obtiene dentro de las 12 horas. Los resultados positivos suelen ser muy precisos, pero pueden ocurrir falsos positivos, especialmente en áreas donde muy pocas personas tienen el virus. Estas pruebas tienen más probabilidades de no detectar una infección activa por COVID-19 por lo que si el resultado es negativo pero la persona presenta síntomas el médico debería solicitar una prueba de RT-PCR.
 
  • Pruebas de anticuerpos, también conocidas como pruebas serológicas. Existen dos tipos de pruebas:
    • Pruebas rápidas (Inmunocromatografía de barrido lateral). NO SON CONFIABLES por lo que no deberían ser utilizadas.
    • Pruebas con extracción de sangre por punción venosa (Inmunofluorescencia y ELISA), permiten determinar la respuesta inmunológica del paciente a la exposición viral (reciente IgM o pasada IgG). Su uso está limitado a determinar la existencia de infección pasada, la donación de plasma y para el diagnóstico del Síndrome Inflamatorio Multisistémico en niños y adolescentes. El resultado puede estar entre uno y tres días.

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