El 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha que fue establecida por la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de concientizar sobre la obesidad como una enfermedad y no como un problema únicamente de sobrepeso.
Se define a la obesidad como una enfermedad crónica causada por la acumulación anormal o excesiva de grasa, que puede disminuir la calidad de vida e incrementar la mortalidad. La obesidad puede conllevar a desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, apnea del sueño y problemas cardiovasculares, entre otras complicaciones.
Las causas de padecer esta enfermedad son múltiples y complejas, sin embargo, se reconoce que la causa principal es un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan a través del ejercicio y las actividades de la rutina diaria. Pero también existen diferentes factores asociados con la obesidad, como ser la edad, una alimentación poco saludable y abundante en comidas rápidas, sal y azúcares en exceso, el sedentarismo, factores socioculturales y, algunos estudios genéticos, determinan que la obesidad puede ser hereditaria.
Los principales síntomas que caracterizan a la obesidad es el evidente aumento de peso y otros signos visibles como una piel engrosada y oscurecida en algunas partes del cuerpo, aparición de estrías, edemas, varices y un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 Kg/m2. Otros síntomas frecuentes son la dificultad para dormir, sudoración excesiva, intolerancia al calor, infecciones en los pliegues cutáneos, fatiga, depresión y sensación de falta de aire, entre otros.
En nuestro país, según un estudio publicado por UNICEF en el año 2020, tres de cada diez estudiantes bolivianos tienen sobrepeso y obesidad, siendo los niños de Tarija, Santa Cruz, Pando y Cochabamba los que registran mayor índice de obesidad. Un 21,9% presenta sobrepeso; un 11,1% tiene obesidad y el 2,2% padece obesidad severa.
“El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas, los entornos, las escuelas y las comunidades son fundamentales, pues condicionan las decisiones de los padres y los niños, previniendo así la obesidad”, señala la OMS.
Para evitar esta enfermedad, es indispensable adoptar hábitos de alimentación saludables y llevar un estilo de vida equilibrado:
ALIMENTACIÓN SALUDABLE:
- Evitar alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares, sal y grasas.
- Mejorar los hábitos consumiendo frutas y verduras.
- Tener un plan alimenticio que contemple desayuno, almuerzo, cena y 2 refrigerios, evitando saltar comidas porque aumenta la ansiedad y provoca el comer en exceso.
- Consumir entre 8 a 10 vasos de agua al día.
ACTIVIDAD FÍSICA:
- Integrar la actividad física en la vida diaria.
- Realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana.
- Recibir orientación de un profesional sobre el tipo de ejercicio de acuerdo con la edad y el peso, es diferente si es para prevenir la obesidad o para tratar la obesidad.
Es importante realizar chequeos médicos preventivos para una evaluación del estado de tu salud en general y analizar las mejores opciones para bajar de peso si tienes sobrepeso u obesidad, porque en la mayoría de los casos es necesario un abordaje integral.
CÁLCULO DEL ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC)
